A nueve años del fin de ETA: A vueltas con el relato
Este 20 de octubre se han cumplido nueve años del fin de ETA, derrotada por la fortaleza del Estado de Derecho, las fuerzas y cuerpos de seguridad, todas las fuerzas políticas democráticas y la DIGNIDAD DE LAS VÍCTIMAS.
Pero aún seguimos, y seguiremos al parecer por muchísimo tiempo, a vueltas con la batalla del relato. Nos quieren escamotear la verdad de nuestra historia, la verdadera condición irrenunciable de nuestras víctimas, que no eran parte de ningún bando ni participaban en guerra o conflicto alguno. Y los verbos y sustantivos son cada vez más inciertos y resbalosos.
Para nosotros, NO habrá acabado hasta que reconozcan verdaderamente lo que hicieron, que NO fue «lucha armada» ¡¡¡OJO!!! Fueron puros y duros asesinatos, por la espalda, con tiros en la nuca, con cobardes explosivos. No importa cuál fuera el motivo por el que creyeran «luchar».
El terrorismo jamás será lucha armada. El terrorismo es intimidación, horror, acoso cobarde y ASESINATO. Que todos los asesores de Comunicación y los Community Managers se enteren de una vez: los etarras NO fueron valientes guerreros, NO fueron míticos «gudaris», fueron asesinos que no tuvieron el menor reparo en matar a sangre fría a hombres, mujeres y niños.
Y, por descontado, cualquier homenaje de esos que le hacen al salir de la cárcel es equivalente a homenajear a un violador o a un asesino.
Sin ningún signo político único, desde la pluralidad, sin dejarnos utilizar por ningún partido, sea el que sea, las víctimas andaluzas siempre mantendremos nuestra voz en alto. Llamando a las cosas por su nombre.
¡Que viva siempre la sangre derramada por las víctimas, quienes no estaban en ningún bando, en ninguna guerra, y fueron asesinadas en plena construcción de la democracia. Nuestra sangre valdrá, nuestra sangre hablará, mientras nos quede un ápice de vida.