Discurso de nuestra vicepresidenta Montserrat Antolín en las XX Jornadas Andaluzas
Queridas autoridades institucionales y políticas que nos acompañan hoy:
Queridos representantes de los Cuerpos y Fuerzas de la Seguridad del Estado:
Queridos miembros de la gran familia de nuestra asociación y de todo el colectivo de víctimas del terrorismo:
Tras tiempos muy duros, ha llegado por fin el momento del reencuentro, de poder abrazarnos en nuestras XX Jornadas de la Asociación Andaluza Víctimas del Terrorismo, que inauguramos hoy bajo el lema: «NUESTRA VIDA, NUESTRA HISTORIA».
Acostumbrados a luchar y a renacer en cualquier circunstancia, si bien no pudimos encontrarnos personalmente todos en los dos últimos años, sí hemos seguido dando la batalla incansable por la deslegitimación social del terrorismo y por el bienestar de las víctimas y sus familias.
En el plano regional, el 23 de marzo de este año, el Parlamento de Andalucía aprobó iniciar los trámites para modificar la Ley 10/2010 de asistencia a las víctimas del terrorismo de la Comunidad Autónoma de Andalucía, un empeño en el que nuestra asociación lleva trabajando sin parar en los últimos años, conversando con las diversas fuerzas políticas con representación parlamentaria y haciendo pedagogía sobre las necesidades y carencias de las víctimas de la región.
Los cambios propuestos afectan a seis artículos de la Ley 10/2010, entre ellos: la ampliación de los beneficiarios catalogados como víctimas, el incremento de la asistencia psicológica y psiquiátrica, la concesión de becas y ayudas al estudio, la adopción de medidas en materia de empleo, la consideración de preferentes a las víctimas en el ingreso en los centros residenciales para mayores, y de medidas para el acceso de las víctimas de terrorismo al empleo público.
Estamos a la espera de esta importante modificación, la mayor muestra del compromiso del Parlamento Andaluz con las víctimas del terrorismo.
En el plano nacional, junto con la Federación de Asociaciones Autonómicas Víctimas del Terrorismo, hemos reiterado en múltiples foros públicos nuestro llamamiento, tanto al Gobierno de España como a todos los partidos políticos con representación parlamentaria, a impulsar en el Congreso de los Diputados las necesarias reformas legales prometidas a la Ley 29/2011, para equipar las indemnizaciones a las víctimas de atentados de todos los grupos terroristas sin resolver y sin sentencia, así como las actualizaciones y reformas de pensiones para viudas y huérfanos, el apoyo en el acceso al empleo público de los hijos de las víctimas y el incremento de las medidas psicosociales y médicas para las víctimas mayores enfermas y su acceso a residencias y centros de mayores, entre otras reformas.
Las víctimas vemos con preocupación y tristeza cómo esta necesaria modificación de la Ley 29/2011 de reconocimiento y protección integral a víctimas del terrorismo está pendiente desde anteriores legislaturas y así ha seguido, totalmente estancada, durante la actual, mientras se han aplicado, en cambio, a un ritmo vertiginoso, toda una serie de medidas de política penitenciaria beneficiosas para los terroristas presos, como el acercamiento a sus lugares originales de residencia y otras.
Hemos exigido, una y otra vez, como premisa esencial para participar en la vida democrática y parlamentaria, la condena rotunda al terrorismo y la violencia política por parte de todos los partidos, sin matices ni fisuras; y muy particularmente, la condena frontal a los homenajes públicos a los asesinos y terroristas, que constituyen no sólo una afrenta para las víctimas, sino también una peligrosa reivindicación del asesinato y la violencia como herramientas políticas, una práctica tremendamente nociva para las nuevas generaciones y para la convivencia democrática imprescindible en toda nación civilizada.
Igualmente, seguimos reclamando que desde las instituciones se multipliquen los esfuerzos para impedir el blanqueamiento de todos los grupos terroristas y la tergiversación de la historia de 60 años de terrorismo en España mediante un relato equidistante y aséptico, que intenta equiparar a víctimas y victimarios.
Nuestro modesto aporte para mantener viva nuestra historia y nuestro testimonio ha sido perseverar, contra viento y marea, en la publicación de nuestra querida revista Andalupaz y en nuestra presencia en internet y las redes sociales. Como diría el escritor Primo Levi, sobreviviente del holocausto judío: «No es lícito olvidar, no es lícito callar. Si nosotros callamos, ¿quién hablará?».
El terrorismo sigue más presente que nunca en el mundo, con focos crecientes en zonas como el Sahel africano, con repercusiones geopolíticas importantes para los países del sur de Europa, entre ellos, España. Asistimos, además, al desarrollo de una guerra en el propio continente europeo, tras la invasión rusa desatada por Vladimir Putin en Ucrania, con la consiguiente pérdida de vidas y la creación de un caldo de cultivo muy fértil para un florecimiento todavía mayor del terrorismo de todo signo y calaña.
Por ello, es imprescindible —y esa es una lección que la historia nos ha enseñado— la unidad de todos los demócratas, sean cuales sean sus ideas o intereses partidistas, para formar un bloque unido y fuerte contra toda expresión de terrorismo y en defensa de las víctimas.
Nuestra labor y la de todas las personas que defienden el primer derecho humano, el derecho a la vida, es hoy más necesaria que nunca. Siempre al lado de las víctimas, nunca de los asesinos.
Porque seguir luchando contra el terrorismo y por el bienestar de las víctimas es el único modo de garantizar que nuestra vida y nuestra historia sean un honroso legado para las generaciones futuras en la construcción de mundo mejor.
¡Un NO rotundo al terrorismo hoy y siempre!